Hello!! Nueva web
¡¡Hola!! nueva web
María Pía BioInteriors cuenta con una experiencia de más de 15 años en el sector del diseño y la construcción.
Este es nuestro primer post en la nueva web que acabamos de estrenar. Nos gustaría emplearlo para presentarme como la persona que anda detrás de esta empresa. Así podréis descubrir de donde sale nuestra pasión por nuestro trabajo en el estudio decoración de interiores saludable y eficiente María Pía BioInteriors.
Me llamo María y desde muy pequeña tuve una especial facilidad por el dibujo tanto artístico como técnico. Ambas eran asignaturas que me encantaban. Me crié junto con tres hermanos y mis padres tenían una tienda de música, en la que vendían órganos y más tarde se fue especializando hasta dedicarse a la alta fidelidad y high end. Recuerdo el día que mi padre cuando era muy pequeña me cogió de la mano, y me sentó frente a un equipo de música. Me hizo escuchar y diferenciar los diferentes instrumentos que estaban sonando en la canción, oyes la guitarra? la batería? el contrabajo? el saxo?… así uno por uno, fuimos desmembrando los sonidos que estaban reproduciéndose y que hasta entonces para mí, habían sido una especie de papilla musical armoniosa. Creo que esta casual enseñanza ha hecho a lo largo de los años que tomara una sensibilidad especial hacia mi entorno y lo que me rodeaba.
A los 18 años, después de pasar el último año de high school en EEUU, decidí enfocarme en diferentes opciones de estudios, arquitectura, arquitectura técnica o interiorismo. Elegí la última por ser desde mi punto de vista la más artística y que me pudiera ofrecer más libertad. El día que entré por los jardines de Eina, Escuela de Arte y Diseño en Barcelona, tuve claro que allí quería estudiar los siguientes 4 años de mi vida. Fue una de las mejores elecciones que he hecho. Me encontré con unos excelentes pedagogos (arquitectos, escultores, pintores, fotógrafos, decoradores, empresarios…) con los que sentí que estaban allí para ayudarme y con los que aprendí a amar mi profesión. Sus jardines y sus bosques traseros fueron el marco perfecto donde aprender sobre la vida y el arte.
Siempre he sentido una gran conexión y admiración por la naturaleza. Esa capacidad que tiene la vida de hacer que las plantas crezcan, que encuentren el camino hacia la luz, que se ayuden entre ellas en los grandes bosques y selvas, y que pienso que es la misma capacidad que tiene la vida en el ser humano para sanar.

A los 20 años se puso en mi camino Slowfood, una asociación fundada por el italiano Carlos Petrini que se creó en respuesta ante la masificación, la avalancha y la prisa que la producción industrial alimentaria global estaba provocando. De Slowfood reaprendí la vigencia de los saberes tradicionales, y como su lema: bueno, limpio y justo, puede ser aplicado a muchos ámbitos de nuestra vida, no solo a la comida. Bueno porque la comida tiene que ser sabrosa, de calidad y saludable. Limpio porque los sistemas de producción tienen que ser sostenibles y que no dañen el medio ambiente. Y justo porque las condiciones y salarios de los productores tienen que ser justos. Con el paso de los años, me doy cuenta de que hay una fuerte relación entre lo que comemos y cómo lo comemos, y nuestra unión con la naturaleza. El problema no solo está en las grandes ciudades, sino en lo que tenemos encima del plato. El alimento y el tener un techo donde vivir, son dos de las grandes necesidades básicas del ser humano desde los primitivos que vivían en sus cavernas hasta nuestros días.
De igual manera la bioconstrucción ha nacido en respuesta a la gran carrera que el mundo de la construcción empezó a diseñar con fines económicos, pero sin tener en cuenta otros muchos importantes aspectos. Para mí es una manera alternativa de construir, nuevas formas de hacer, y de sentir los espacios que habitamos. Rescatando del pasado el saber tradicional de la arquitectura vernácula, pero con la tecnología que nos ofrecen los avances de hoy en día. Construyendo desde la eficiencia y el ahorro económico, desde la sosteniblidad, y desde la salud y el respeto por el ser humano y la naturaleza. La bioconstrucción no es una cosa de hippies, es el camino hacia la libertad y felicidad, desde la planificación y metodología veraz y rigurosa, hasta la ejecución con responsabilidad y equilibrio.


Fotografía Juliet Furst
Mi madre, al igual que la madre tierra representa el hogar. La tierra nos acoge al igual que acogen las madres a los niños en sus brazos. Acoge todas nuestras relaciones entre nosotros los seres humanos, sostiene a las montañas, a los ríos, a los océanos, los bosques y las selvas, a todos los animales. Nos alimenta y nos cuida, nos protege. La tierra es compasiva y amorosa. Es momento de respetarla, y respetar sus cambios.
En este blog os hablaremos de la salud y la eficiencia aplicada a tu hogar o lugar de trabajo. Cuáles son los principios del biointeriorismo, cómo reducir los riesgos de contaminación electromagnética, que alternativas de eficiencia existen utilizando criterios de bioclimatismo y passive house, o cuales son los materiales más recomendables para hacer que nuestros espacios sean saludables y felices. Os presentaremos también los proyectos más destacados a nivel mundial dentro del ámbito de la bioconstrucción. Os enseñaremos como crear espacios limpios y ordenados. Hablaremos de como emplear la aromaterapia, el alma de las plantas, aplicada a los diferentes momentos, como utilizar los minerales que nos ofrece la tierra. O como incorporamos todos estos conocimientos junto con la geometría sagrada en el arte.
Nosotros, también somos los espacios que habitamos. Todo esto y mucho más, es lo que nosotros llamamos el lujo de lo intangible, que no es otra cosa que pura felicidad y amor.
Me despido con todo mi cariño.
¡¡Salud amigos!!
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